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Trastornos del aprendizaje preescolar

La identificación lo más temprana posible de los TA es esencial para su tratamiento también precoz, antes de que la escolarización esté muy afectada y el niño/a tengan importantes secuelas emocionales, pues entonces la efectividad del tratamiento será mucho menor.

Es evidente que los años preescolares son críticos en el desarrollo de las capacidades básicas cognitivas, sociales y comportamentales. Es durante estos años en que se ponen en evidencia los problemas de salud mental por primera vez. Jenkins, Bax, y Hart (1980) estudiaron las preocupaciones de los padres acerca de sus hijos preescolares en una muestra no clínica y encontraron comunicaciones significativas sobre problemas de comportamiento. Durante la lactancia, el número de preocupaciones expresadas fue bastante bajo, siendo las principales áreas de preocupación el llanto, la alimentación y los patrones de sueño. Durante el segundo año de vida, las expresiones de preocupación de los padres son más frecuentes, siendo todavía las pautas de alimentación y de sueño el foco primario. Desde los 2 a los 3 años, el foco primario de las preocupaciones paternas es el control de esfínteres, mientras que a partir de los tres años la disciplina y el comportamiento social se convierte en la principal preocupación. Richman, Stevenson, y Graham (1982) encontraron que aproximadamente el 13% de los niños ingleses de 3 años eran descritos por sus madres como inquietos e hiperactivos, y casi el 11 % fue descrito como difícil de controlar.

Algunas investigaciones en nuestro país han demostrado que los problemas de comportamiento persisten en un porcentaje significativo de niños identificados como difíciles a los 3 años. A los 4 años el 63% fue identificado por las valoraciones paternas como todavía problemático y a los 8 años el 62% seguía teniendo problemas. Los profesores también reportaron que los niños de 8 años que eran difíciles de controlar a los 3 años, tenían más problemas de comportamiento que los que no habían sido problemáticos a los 3 años.

Otros estudios longitudinales han confirmado la estabilidad de los problemas de comportamiento desde la etapa preescolar hasta etapas posteriores de la infancia. Los profesores describen que los preescolares hiperactivos son más agresivos que otros niños a los 6 y 7 años (Campbell, Endman, &Bernfeld, 1977). La investigación posterior realizada por Campbell (1990) sugiere que 2/3 de los niños difíciles de manejar a los 6 años, siguen teniendo problemas a los 9 años. Fisher, Hand, y Russel (1984) encontraron que las informaciones preescolares de agresión se asociaban con informaciones paternas de problemas de comportamiento de 5 a 7 años después. Lerner, Inui, Trupin, y Douglas (1985) también reportaron los problemas de comportamiento severos durante preescolar eran predictivos de gran variedad de problemas de comportamiento durante la adolescencia. La psicopatología de los padres, las prácticas de crianza rudas y las disputas matrimoniales, también se asociaban a un pronóstico peor en cuanto a la continuidad de los problemas de comportamiento en los preescolares difíciles de controlar (Wallander, 1988).

Otras formas de psicopatología también tienen claramente sus raíces en los años preescolares. Por ejemplo, la investigación de Solyom, Beck, Solyom, y Hugel (1974) sugería que los problemas de ansiedad en el preescolar podían continuar hasta épocas posteriores. También, el autismo normalmente se hace aparente en los años preescolares (Kolvin, 1971), y las psicosis y trastornos de conducta pueden hacerse notar por primera vez durante este periodo (Wenar, 1990).

Cuando un adulto tuvo en su niñez síntoma que cumplían todos los criterios diagnósticos de un trastorno, pueden presentar lo que se conoce como “trastorno en remisión parcial”, es decir con sintomatologías no resueltas, ni identificadas.