Reflexiones de:
¿Cómo comunicarnos mejor en pareja?
Que la comunicación en pareja funcione bien o mal va a ser un gran predictor de la satisfacción que siente cada miembro de la pareja con la relación. Asó, una buena comunicación es una garantía de una relación satisfactoria y con futuro, mientras una mala comunicación prácticamente asegura el fracaso no muy lejano de una pareja.
En este sentido, es tan importante el contenido de la comunicación como la forma de trasmitirlo y el contexto en el que se trasmita. No es lo mismo decir tonto con cara de enfado y a gritos que con una mirada seductora y en un susurro. Por otro lado, no es lo mismo decir: ¡eres un desastre!, qué decir: cariño, otra vez ten más cuidado con los zapatos sucios al entrar a la casa!
Me parece importante por lo tanto que tengamos en cuenta algunos aspectos fundamentales a la hora de comunicarnos con nuestra pareja como:
No suponer, que mala costumbre…
Tenemos la mala costumbre de suponer qué piensa y cómo se siente la persona con la que nos estamos relacionando. ¿De verdad crees que va a ser tan sencillo como suponerlo? Por muchos años de relación que nos unan, nadie tiene el poder de leer las mentes de los demás…
Pregunta y pregunta cuándo no entiendas aquello que tu pareja te quiere decir, tengas dudas o el mensaje que recibas lo notes un poco extraño. Suponiendo puedes perder mucho, preguntando nada.
No interpretar
Nuestro idioma, no necesita interpretación. La traducción es para quienes no hablan español. Las interpretaciones son subjetivas y están teñidas del significado que les des y probablemente cuando lo hagas te bases en tus creencias y emociones. Cuando nos dice algo nuestra pareja, hay que asegurarse si hemos entendido su perspectiva en lugar de añadir la nuestra a su mensaje. Por eso, de nuevo la mejor opción en estos casos es preguntar para no teñir la información con nuestra visión.
Escuchar, sé que no es fácil, llevo años entrenándolo…,
Solemos conversar sin escuchar, aun pensando que realmente lo hacemos o ¿no te has dado cuenta de que mientras la otra persona te habla tú estás pensando en qué vas a decirle luego? Solo necesitamos 17 segundos para desconectarnos y prepararnos para la contra-respuesta.
Además, no solo es que no te enteres del mensaje cuando no estás escuchando, sino que cuando la otra persona se dé cuenta no se va a sentir comprendida y validada por ti, pensando quizás que ha estado perdiendo el tiempo. Por ello, practicar una escucha activa mejorará considerablemente la relación.
No recurrir al pasado, he visto parejas que no se recuperar de este inconveniente.
Lo que ocurrió en el pasado tiene que quedar allí donde sucedió. Recurrir a los daños y errores anteriores que realizó nuestra pareja tan solo hará que la discusión vaya a más. Hay que saber discriminar entre lo que ha pasado ahora y lo que ya pasó y si hay temas pendientes, pueden tratarse en otro momento.
Hacer una pausa, es vital…
Si sientes rabia o estrés detente. Cuestiónate, ¿qué evidencia tengo de que es cierto lo que pienso? Comunicarnos mientras nos encontramos en un estado de ánimo irritable tan solo será un obstáculo en nuestra relación. Más vale hacer una pausa, relajarnos o calmarnos y comenzar a hablar cuando estemos más tranquilos , les aseguro que funciona. De esta manera, evitaremos malentendidos y conflictos cada vez mayores que puedan repercutir en nuestra relación.
Recordar el objetivo de la comunicación
A veces cuando discutimos o hablamos con alguien perdemos el objetivo de aquello que queríamos transmitir. No está mal proporcionar detalles pero tampoco irnos por las ramas perdiendo el hilo de nuestra conversación, y más si les das vueltas a un asunto que ya han repetido una y otra vez, y no se ha logrado aclarar.
Se recomienda tener claro de qué se quiere hablar, tener un hilo conductor presente para que no nos perdamos en divagaciones absurdas o que poco tengan que ver con el tema principal.
Ser empático
Ser empático se refiere a ponerse en el lugar del otro, tenerlo en cuenta y comprenderlo. En una relación de pareja es un aspecto fundamental para comunicarnos porque nos permite tener en cuenta cuáles son las necesidades y perspectivas del otro sobre cualquier tema y no solo las nuestras.
No personalizar
Puede que algún momento no esté contando algo y creamos que puede estar haciendo referencias a nosotros de manera indirecta. Lo importante en estos casos es no suponer. Pero ¿y si el otro nos dice algo que no nos gusta o expresa lo que le gusta y no concuerda con lo que pensamos? Personalizar que lo que dice nuestra pareja es porque no le gustamos o porque va a por nosotros no es lo más recomendable. Al igual que tampoco lo es cuando tengamos que decirle algo hacer referencia a su forma de ser, sino que es mejor referirnos al comportamiento o aspecto concreto que nos ha molestado.
Saber cuándo y dónde comunicarnos
No todos los lugares ni todos los momentos son ideales para hablar de ciertos temas. Por ello, es importante analizar qué queremos decir y cuándo será el mejor momento para hacerlo, al igual que tener en cuenta cómo se encuentra nuestra pareja.
Tener buenas intenciones en nuestras conversaciones
Finalmente, queda quizá un último ingrediente y probablemente el más importante, creo yo: la intención, cuando te dirijas a tu pareja hazlo con la intención de construir, con el deseo de que cuando termines de hablar el otro se sienta mejor porque seguramente recibirás lo mismo al instante, como si fuera un espejo.
De nada vale ir a hacer daño porque no ganas nada con eso. Olvídate del rencor y las malas intenciones, si estás enfadado tómate un respiro y deja la conversación para otro momento.
No empañes tus intenciones de rencores, orgullo o sin razones, contágialas de bienestar, crecimiento y serenidad.
Martha Flautero Romero
Psicóloga Sistémica
U. Santo Tomas
Esp. Terapias Alternativas